No rompas el encanto
Resurgiendo, regurgitando. El fantasma de aquella que fue mordaz y melancólica en un pasado de confusiones e indecisiones.
- La pagaste completa y la dejaste quedarse con el cambio -dijo riéndose la conciencia.
- Creo que nada más se podía hacer -respondió la mujer.
Ahora ya es una mujer aunque no lo creas, aunque la cara de niña y las maneras de pre escolar parezcan decir otra cosa.
Se siente feliz por primera vez en su vida y lo raro es que a esta sensación la acompaña aquella otra sensación de completitud que el psicoanálisis califica de imposible. ¿Espejismo? ¿Realidad? Eso sí que nadie puede saberlo y espertemos que nadie nunca lo sepa.