Tuesday, March 10, 2009

Abstracto

Un país, un sueño, una nada, el viento. Él era como el viento, algo que fluía. Yo era como el viento, algo que era capaz hasta de cortar un rostro cuando se enfurecía.
Y los sueños se desvanecen y el corazón sangra con un acompañamiento de risas y carcajadas, de duendes, de enanos, de hienas.

Y puede ser simplemente la serotonina o el insomnio, quizás la constante presencia de Zaratustra, aunque si fuera Zaratustra quizás otro sería el panorama. Es la dislexia que se pega, cual sanguijuela del río Beni. En realidad no es nada...

La tontería, la estupidez, la idea preconcebida, los arquetipos, los corazones y los cerebros que piensan lo que no deberían pensar, pero que aprenden. Que la fuerza te acompañe, lucha contra el lado oscuro, pero no me recites poemas al oído. No quiero ser la musa inalcanzable, esa que sólo está para dedicarle poemas, pero que no puedes amar.

¿Y qué es amar? Ya sabes que es una construcción social y sabes que esa construcción es posible con quien sea, sólo hace falta llegar a un acuerdo. Pero aquí la gente vive sin querer llegar a un acuerdo, queriendo sólo lastimar y matar o morir, arrancando lágrimas a diestra y siniestra sólo para recordar que han vivido, que existieron.

¿Y que es existir? Quizás es respirar, quizás es pensar aunque sea en los zapatos rosados que me compraré mañana, quizás es repetir un discurso de educación descolonizadora, pluricultural y plurilingüe sin saber lo que eso significa, quizás es odiar o quizás es amar.

Existir es nadar en la nada.